jueves, 20 de octubre de 2011

El saber todo

 
Cuenta la leyenda que vivía un ermitaño  en una colina en donde era casi inaccesible de llegar.  Para las personas de la región no había persona más preparada que él, ya que, el presumía de tener la fuente de todo conocimiento.

Multitudes de todo mundo iban a consultar su sapiencia y a absolutamente nadie había salido de su morada sin alguna respuesta a las preguntas que los aquejaban.

Un día un matrimonio subió el peligroso camino para ver al renombrado personaje. Tardaron 3 días en llegar y el esposo se acercó hacia la multitud que rodeaba  una pequeña silla, donde el anciano daba las soluciones a toda esa gente.

Por fin le toco la oportunidad del cansado viajero y le cuestionó la duda que aquejaba su alma. Todas las personas enmudecieron ante tal dificultad y pareciera que la reputación de la celebridad quedaba en juego. Las miradas fijas estaban sobre el saco de huesos, el cual solo cerró los ojos, como si pareciera que la bandera de la derrota fuera levantada. Aspiró una gran bocanada de aire y dijo: -Una gran pregunta. No sé si es una prueba para  ponerme en evidencia, pero te demostraré que todo el conocimiento es mío - y escribió en la arena un listado de pasos para resolver el complicado problema.

Todos quedaron perplejos ante tal respuesta y se escucho un gran júbilo, exclamando que no había nadie que se le compara, y así el aliviado esposo se disponía a regresar a su hogar pero su pareja insistía que quería probar al viejo, para demostrarle que su presunción era exagerada. El anciano escuchó y con una risa dibujada en su boca pidió que se acercara la pequeña insolente.

La pusieron a su lado y el viejo preguntó cuál es la prueba que le haría, pero que se diera cuenta que toda la gente que tenía a su alrededor  le había resuelto sus dilemas, así que lo más seguro que quedaría en ridículo. 

La morenita y fina mujer  hizo caso omiso a la advertencia  y cuestionó: -¿Por qué el conocimiento no se puede medir?- . Extrañado por tal pensamiento  el sabio repuso: -Pues supongo que es porque nadie había tenido el interés de medirla formalmente, pero ahora que lo cuestionas podríamos suponer que yo, al ser el más inteligente de todos, sería la medida universal del conocimiento completo y los demás se medirían por que tanto saben como él- una risa salió de la fémina y contestó: -no podría ser usted por dos grandes razones. El saber viene por aprender de la experiencia de los demás, ya que, cada vivencia te enseña algo nuevo. Usted al estar aislado de los demás a ocasionado que se prive de todo ese conocimiento. La segunda razón es que las personas que más saben no son las que contestan las preguntas, sino las que las hacen por sed de saber más-.

La noche a caído por esa región y al pueblo llega la pareja que se fue en busca del conocimiento, pero para extrañeza de los que lo reciben alguien lo sigue. Es el anciano que desde ese día vivió con ellos y desde ese entonces se le vio platicando con todo el que le cruzara en su camino y cuestionando todo para así poder llegar al conocimiento absoluto.

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