martes, 4 de octubre de 2011

El deseo de un deseo Parte 2


En el post anterior, me encontré con el genio de una tetera de fayuca mágica que me podía conceder un deseo, al decirle que quería ser un hombre de éxito. El enano de dio dos opciones, una en cada mano. La primera era el éxito instantáneo, la segunda el perdurable.
Pensé unos segundos, para escoger cual era la opción buena, ya que, la opción más lógica era la segunda  pero la primera era muy tentadora y decidí la número dos.

El genio dijo: -  No eres tan tonto, como pareces, así que te diré que fue lo que tenía mi mano derecha… Era un deseo todo parado para tener una compañía multinacional, con millones de euros en el banco, mujeres, mansiones, yates y todo lo que quisieras… Lo único malo con el ser humano es que, todo lo que se le regala y no lo valora, lo despilfarra. Así que terminarías en unos 5 años en la calle como un mendígo- Pronunciaba mientras rompia este sobre.

Respiro hondo, para no explotar, y me digo a mi mismo que la otra opción va a ser mejor así que extiendo mi mano para recibir el papelito. Me lo da y esto contenía:

1.       Descubre lo que más te agrada hacer en el mundo
2.       Estudia cómo puedes mejorar
3.       Sigue estudiando para mejorar mas
4.       No escuches las personas que no quieren que hagas lo que deseas
5.       Busca oportunidades para ejercerlo
6.       Sigue estudiando
7.       Sigue trabajando aunque las cosas sean adversas
8.       No te estanques cuando creas tener éxito
9.       No les creas a las personas que ahora te adulan
10.   Siempre ve hacia adelante

Me sentí engañado, yo no quería una clase de orientación vocacional, sino una respuesta de salir de la pobreza. La sangre se me subió a la cabeza y estaba a punto de ahorcar al tapo de alberca  cuando pero empezó a flotar y empezó a escribir en el aire:
“La forma que valores lo que has ganado te ayudara a seguir adelante y crecer mas y mas”
En eso sonó el despertador y mi sueño terminó. De esto saco dos conclusiones:

1.    Las riquezas rápidas, como las de los boxeadores o las estrellas de rock, son efímeras y vacías, mejor esfuérzate en lo que te gusta y veras que los resultados es ser un hombre feliz… no importando si tienes millones o no.

2.       No vuelvo a comer tacos de la esquina como cena.

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