En un lugar lejano, dentro de nuestra galaxia, se encuentra una
estrella, la cual, le encanta lo que hace, ya que, le gusta la sensación de
estar suspendida en el espacio infinito mientras se esfuerza para que su brillo
no se extinga.
No hace mucho tiempo una estrella fugaz pasó enfrente de ella, a una velocidad tan grande que los pedazos que se encontraban a
su paso eran arrojados a su trayectoria.
La estrella asombrada de su hermosura le gritó: - ¡Oye tú,
ven acá! ¡Quiero preguntarte algo!- La estrella fugaz, en pocos segundos,
estaba al lado del brillante asteroide y viéndole lo barrió con la mirada y dijo: - ¿Qué es
lo que quiere una estrella corriente como tu conmigo?- pero ella no hizo mucho
caso al insulto y el desprecio que le habían hecho. Solo podía ver la hermosa
visión de una estrella con una larga cabellera, sedosa y brillante que bailaba
con el viento espacial mientras manejaba su motocicleta a toda velocidad.
Después de unos instantes se percató que era muy evidente el impacto que
le había provocado esta visión. Apenada trato de disimular tratando de hacer
una plática amena pero lo único que se le ocurrió fue un “Hola como estas”.
El arrogante asteroide bajó sus lentes obscuros lo
suficiente para mirarla directamente a los ojos y con enojo dijo:
- ¿Es una broma?
¿Interrumpiste mi viaje por el universo solo para saludarme?-
-¡No! Como cree. Solo quería preguntarle ¿Cómo consiguió su
transporte y su magnífica cabellera?- repuso de inmediato tratando de que no se
incomodara más.
Con una sonrisa bajó de su elegante motocicleta, tocó el
hombro de la estrella y con una voz calmada dijo:
- Amigo mío ¿Vez mi
vehículo?- y señaló con su otra mano la motocicleta - ¿Observas mi hermosa
figura y presencia? ¿Quieres saber cómo conseguí todo esto?-
Los ojos de nuestra amiga se iluminaron por la ilusión de
tener todo esto, lo ansiaba y lo necesitaba. La idea de ver otras galaxias, sentirse
libre y que todos la admiraran era lo que realmente quería y ahora ese secreto podría ser suyo. Trató de decirle que
sí, pero por la emoción no podía pronunciar alguno entendible, por lo
que, solo afirmo con la cabeza.
La aparente nueva amistad se inclinó para decirle su secreto
al oído, la estrella se puso atención para poder
atender a tan importante información. Fugaz le susurró al oído:
-La forma en que puedas tener todo esto es… que vuelvas a
nacer-. En ese instante se subió de nuevo a su moto y, mientras se ponía sus guantes, pronunciaba: - Solo a una estrella común y
corriente se le ocurriría ser como yo… mírate, eres tan normal, que existen
millones como tú, por otro lado, yo soy única-.
Desde ese momento el sonido de la moto, y la risa de su
conductor alejándose, no la dejaban de atormentar. Es cierto, era tan común que
había millones de ellas haciendo lo mismo que ella y pensar que disfrutaba de
lo que hacía siendo que no tenía nada de especial.
Continuará...
¿Que sucederá con la melancolica estrella? No se lo pierda el día de mañana
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