Los dos más grandes estrategas de la época habían muerto de
la forma mas simple, esto hizo que se desencadenara el pánico por todos los
lugares y todos pensaban que estaban condenados, ya que, su última opción no
era más que un viejo que no podía competir
con el arrojo y la bravura de los ahora ya difuntos. Poco a poco la resignación
fue la norma para los pobres desventurados.
Un tarde Toni “La
tortuga” se levantó agitadamente de su sueño de la tarde y empezó a gritar: -¡Tengo
la solución para derrotar al animal!- mientras su tripulación comían en un
camarote y platicaban de las desgracias que cada día el Ente les provocaba.
Pocos le hicieron caso, tal vez por ser de edad avanzada, o porque la tarea parecía
imposible. Nadie le dio importancia, con excepción de su nieto Jonás, el cual
era un marinero que apenas había iniciado sus días en esta profesión. Él siempre
había sido admirador de su abuelo, así que, la confianza esta por demás.
El chicuelo le pregunto: -¿Cómo podemos realizarlo capitán?-
pero el viejo no quiso decir nada de su plan y solo dio la orden de ir a la
capital del país más cercano para hablar con su gobernante.
Una vez en el palacio del rey Toni “La tortuga” se presentó ante el monarca y le
propuso que si le daba todo lo que el requería no solo libraría a todo el mundo
de su desgracia, sino que también tendría a su disposición a este ser para
amedrentar a los demás países. El rey no lo pensó, ya que, no podía perder,
porque si fallaba las cosas estarían igual que hasta ahora, pero si no, el
poder y la fama lo esperaban, así que accedió.
El pequeño barco fue
modificado con colores llamativos hasta en las velas, además tenía unas enormes
lámparas en el mástil más alto y unos pequeños botes de juguete. Estos estaban amarrados al pintoresco barco. Músicos
empezaron a subir con instrumento en mano en una fila simulando una marcha
militar. Toda la tripulación, al ver esto, se confundió y pensaban que si fuéramos
a pelear con estas ridiculeces su fin estaba garantizado, así que, uno a uno
desertó antes de partir. Todos se fueron con excepción de su nieto, el cual,
tenia completa fe su capitán, así que el pintoresca embarcación zarpó hacia los
mares, en donde se comentaba que estaba
su objetivo.
Durante 4 días navegaron en círculos sin encontrar pistas de
su presa. El temor crecía más y más entre todos los congregados al pequeño
pedazo de madera, pero el anciano nunca reveló sus planes y solo se le podía escuchar
decir lo siguiente: - en el momento que yo lo indique harán lo que yo les diga-
mientras encendía su vieja pipa de madera.
Una noche un estruendo se oyó en la lejanía, era el ente que
corría en dirección a ellos para devorarlos. El viejo se levantó de su mecedora
y empezó a gritas sus indicaciones: - Músicos toquen. Marinero, prende las
luces de los mástiles y muévelas de lado a lado pero siempre apuntando hacia el barco y no dejes de moverlas
mientras yo lanzo los juguetes a la mar- . Todo fue acatado al pie de la letra
y poco a poco se podía observar como el atacante cerraba su boca y disminuía su
marcha, hasta que en unos metros, se detuvo por completo para admirar el espectáculo.
Pareciera que estuviera en un hipnotizado y la carnicera mole tomaba tonos de
un tierno cachorro.
El capitán Toni empezó a mover su navío en la dirección en
donde se encontraba la isla del rey que le había llenado de favores para así
poder desembarcar en una cueva. Todas las personas de por allí lo estaban
esperando y pudieron admirar el desfile que no los dejaba respirar por el hecho
de que su gran miedo estaba atrás del barco como un perro en su paseo vespertino.
Al llegar a una obscura cueva, cerca del mar, el anciano se dirigió al rey y le dio las
siguientes indicaciones:
-Nunca deje de tocar ni de mover intermitentemente las
luces, si quiere utilice turno de personas que lo hagan, ya que el día que
suceda la bestia saldrá de su trance y
sabe lo que eso significaría. También pongan alrededor de él plantas que
simulen paredes para que se sienta cómodo pero que nadie tenga acceso a
molestarlo- y el rey confirmó con la cabeza las instrucciones y mando traer la
enorme recompensa para el astuto hombre.
Ya en el banquete que se realizó en honor de los héroes su
nieto se acercó para preguntarle: - Oye abuelo ¿Cómo es posible que hayas capturado
tan fácil a algo destruyó ejércitos enteros?- Mientras la Tortuga sostenía una
pierna de pavo rió y dijo: - Es fácil, a este tipo de animales si los
aprisionas su genialidad brillará para escapar. Si lo atacas lo despiadado de
su ser surgirá hasta destruir todo lo que tenga a su alrededor, pero, si lo
distraes con cosas vanas y sin importancias banalidades olvidará sus propósitos
y la aprisionaras-.
Al estar satisfecho el viejo bostezó y se levantó del lugar camino
a su cuarto, pero en un instante regresó a su nieto y le dijo: - Dile al rey
que ponga letreros en toda la playa que contengan lo que tiene escrito aquí-. Y
en eso le entregó un trozo de tela a su joven asistente y por fin se dirigió a
sus aposentos.
Intrigado el joven curioso miro el contenido para ver el mensaje
escrito, el cual es este:
“¡Peligro! Aquí se encuentra el Ente, también conocido como
La Imaginación del Hombre”.
Fin
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