lunes, 15 de julio de 2013

Pensar y existir

A veces tan ligados, a veces tan distantes. Me gusta pensar que el “Yo” y el “estar” son dos cosas diferentes… Pero no lo son.

Soy porque existo y el día que muera ya no seré. Pedazos de papel en el viento son las vidas que veo pasar en esta basta humanidad. Un día estas allí y en otro momento no sabes en donde vas a parar. La soledad es la expresión más pura de la existencia porque cuando estas a su lado valoras el no ser una personas que forma al monstruo que es la humanidad.
El pensar diferente es inadecuado para los ojos que te observan pero es un paso necesario  para reconocer la verdad. El criterio es el que te guía hacia algo que es real y no la incomodas fórmulas que se viven allá fuera.

Las normas fluctuantes de una sociedad en decadencia me hacen pensar que la existencia es una mera falacia o una moda o un concepto o una definición.

¡No! El ser humano  es mucho más que esas palabras frías y crueles.  Es superior a lo que las personas etiquetan. El problema es que una persona se crea todas estas definiciones  y cae en la mediocridad de un mundo enlatado, procesado y al vapor.

¿Qué puede ser peor que la muerte? Por supuesto, la vida sin sentido, el espíritu atrapado o la moral aprisionada. Para algunos la muerte es el réferi que dice hasta donde pudieron completar su legado o la huella digital impresa en la historia de la humanidad… del final de la obra propuesta en su vida, pero tristemente, para los que no tienen propósito, el seguir viviendo es la máxima aspiración. El no pensar  que hacer para justificar su existencia solo declara el punto de encuentro entre la nada y el olvido. Tan simple como huellas en la arena junto al mar, donde el tiempo se encargará de desvanecer y ocultar.

Pero la verdadera realidad no está en la justificación del tiempo en estudios y trabajos, en esfuerzos o tiempo invertido haciendo como una formula incomoda al salón de la insatisfacción y frustración. El verdadero vivir es hacer lo que sea necesario para alcanzar tus objetivos disfrutando cada paso que das. Pero el objetivo no debe de ser el resultado de lo que se obtiene. La fama, riqueza o estabilidad social no deben de ser la meta. Es hacer las cosas para lo que realmente eres bueno y te llena es lo que te hará sentirte realizado. Y cuando llegues a ese momento, no importando si eres rico o pobre, famoso o desconocido tu existencia habrá sido justificada y plena.

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