jueves, 23 de agosto de 2012

Mi despertar Segunda parte


Meses pasaron para que mis músculos atrofiados pudieran recuperar la movilidad que antes tenía y todos los días mi hermana me platicaba que había pasado durante todo este tiempo. Fueron 30 años los que pasé en coma, sujeto a esa cama. Familiares que antes conocía ya habían muerto, entre ellos mis padres. Los gastos que había generado fueron pagados por una demanda al gobierno por su imprudencia en el accidente, y aunque en el tiempo del accidente fue una fortuna, ahora  solo se remontaba a una cantidad con unos pocos ceros… que al parecer en este tiempo vale aun menos de lo que recuerdo.

Todo este tiempo pensaba en Lourdes, la mujer que la noche antes de mi accidente fuera mi último pensamiento. Tal vez nunca me buscó y me olvidó o todo lo que me suponía solo era mi imaginación. Estos pensamientos fueron los que me mantuvieron cuerdo mientras mi recuperación fue completa.

Es difícil salir de un lugar y no reconocer nada, no entender para que sirve cada cosa y porque la gente viste y se comporta de tal o cual forma… creo que me he perdido mucho en la pequeña siesta que me eché.

Solo una cosa pasa por mi mente, la cual es encontrar a Lourdes y saber ¿Qué fue lo que pasó con ella? Y ¿En dónde se encontraba? Y la pregunta más importante ¿Qué es lo que ella sentía por mi?

Analicé la situación y era muy poco probable quela localizara, pero lo iba a intentar. Le pedí mi celular a mi hermana, pero ella me explicó que lo más seguro es que los de la camilla o los que me sacaron del puente se lo hayan robado, por lo que, el buscar su número estaba descartado. Por otro lado, si sabia como llegar a su casa, por lo que, en unos minutos, estaba abordando un taxi y dirigiéndome a lo que vagamente recuerdo que era su departamento.  

Después de varias referencias fallidas   pude encontrar el número 303 de “villa nueva”, el lugar que me indicó  un papel que tenía escondido entre mis cosas. Los recuerdos son vagos, pero aun puedo reconocer la vivienda  que en aquel instante me impactó con su esplendor pero ahora es un viejo recuerdo. El elevador esta fuera de servicio, así que tomo las escaleras desgastadas por el usó.

Al estar enfrente de la puerta no dejo de pensar que decir. Es un poco absurdo que alguien que estuvo tan poco tiempo en su vida se presente después de que han pasado años y años. Además ¿Qué estoy haciendo aquí? Es un tanto estúpido el estar enfrente de alguien que quisiste hace tantos años con la esperanza de saber si alguna vez fui correspondido.

Minutos pasaron eternamente frente a la corroída puerta, con rastros de pintura vieja hasta que decidí el dar la vuelta y regresar a la realidad. Di va media vuelta y caminé hacia las viejas escaleras cuando de pronto escuché como innumerables candados y seguros eran abiertos de la casa de Lourdes y ella salió para recibirme con un fuerte abrazo.

Continuará...

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