lunes, 16 de julio de 2012

El músico


Un músico toca un sábado en la tarde y corazón esta extasiado. Durante años el se preparó en diferentes escuelas y hoy esta debutando en un lugar público. Todas las personas que alguna vez le dijeron que dejara esto parecen con menos autoridad.

El está nervioso, pero no importa, porque él nació para este momento. Horas practicando y solo en su cuarto ahora dan resultados. El instrumento era de su hermano mayor y por juego empezó a tocarlo para después descubrir que había encontrado a amigo y compañero para toda la vida.
El ha tocado durante una hora en ese lugar y no ha dejado de hacer lo que le gusta desde el momento que pisó el escenario. Sus ojos cerrados no se percatan que ha estado tocando para un público fantasma en esa inmensa plaza comercial.

El está inmerso en su música hasta que se equivoca en una nota y voltea a ver si alguien se habrá dado cuenta de su error. Sorprendido solo ve a su promotora puesta de pie y aplaudiéndole porque, para eso le paga.

Las personas que hace unos momentos rondaban en su cabeza ahora son jueces que le reafirman al fracaso de este día. Todo parece inútil y, entre más nervioso se pone, se equivoca con mayor notoriedad.
Se termina el tiempo de su presentación y sale derrotado de aquel escenario improvisado, mientras que nadie nota su ausencia en ese enorme complejo. La pelea perdida hace que el músico dude de sus capacidades, se cuestione que es lo que ha hecho mal. Pero ya es muy tarde para pensar todo esto y se retira a la cama a tratar de dormir después de la humillación.

Al siguiente día, el campo de batalla es el mismo centro comercial en el escenario puesto para los que debutan en ese lugar. El artista está temeroso al tener la posibilidad de volver a fracasar y ser un loco tocando para nadie. Aunado a su temor su representante le dijo que si esta vez no era un éxito rotundo retiraría su apoyo y su sueño terminaría como muchos otros.

Las mano le tiemblan y la voz se quiebra al acercarse al micrófono para decir  la próxima canción… pero empieza. Recuerda que esta es una gran oportunidad y que ha peleado por ella, así que se divertiría aunque nadie lo escuche. Gradualmente su emoción empezó a surgir y sus dedos se deslizaban sobre el instrumento como mantequilla en sartén.

El calor aumentaba mientras las notas inundaban el lugar y el sudor corría por su frente mientras la música poseía ese momento mágico.  La última nota de su canción termina y el músico tiene la respiración entre cortada y el esfuerzo es notorio en la curvatura de la espalda, pero en su cara se puede ver una satisfacción que hace mucho tiempo no había logrado.

Al voltear al frente para recoger sus cosas se encuentra con un numeroso grupo de personas alrededor mirándolo atónitos. Nadie dice nada, solo son sus ojos puestos en el exhausto músico. El músico piensa que están así por que hizo aun más el ridículo.

Un niño, desde la audiencia, empezó a aplaudir muy tímidamente, pero esto provocó que una oleada de alabanzas se escuchó por todo el lugar. Les había fascinado y pedían más. El hacer las cosas por solo el hecho de hacerlo porque te gusta debe de ser la única razón de ejercer un trabajo… no importando lo que diga la gente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario