Convertirse en una forma de ser, de vivir y de pensar es un
proceso largo. No importa para bien o para mal, las personas están en constante
mutación. La oferta que Dios nos da es un proceso en el cual el dolor y la
destrucción de lo que nos rodean es constante pero es necesario. No es que en
si esto sea malo o que las personas, que tomamos la decisión de seguirle,
tengamos afinidad al dolor sino que estos malos momentos son necesarios para
los buenos tiempos que nos aguardan.
Tal vez estos momentos se vean fuera de lugar o
inalcanzables, pero cuando los alcanzas vez que todo lo que sufriste fue una
preparación para tener lo necesario para hacer lo que viniste al mundo ¿No es
una excelente oferta?
También podemos
seguir nuestro camino de rosas, en donde lo mejor está al alcance de la
vista pero muy pocas veces llegas a tener algo que es importante para cualquier
ser vivo… una razón para vivir.
Tú cambias en cada segundo en esta tierra, la pregunta aquí
es ¿Qué forma tomaras?
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