Un vendedor de discos sube al metro, pero no es como los demás.
Su mercancía tiene algo en particular. Es acerca de cultura y de política picante
que al mundo quiere cambiar. Además de que, su forma de vender es proclamando
que no existe educación en el país. Todos somos unos ignorantes por no comprar
sus productos y que solo se satisface a la plebe con televisión o revistas de
chismes.
Un discurso conmovedor me hizo reflexionar varias veces,
pero recibí gran decepción cuando, al
bajar del metro, empujó a varias personas que estaban en la puerta, muy groseramente, ni siquiera se disculpó y salió diciendo pestes de los que estaban a su
alrededor.
Una lástima que lo que prediques no sea lo que vives. Si
hablas de educación, demuestra tu educación. Si pregonas las virtudes de lo
bueno eso mismo búscalo. Que tu lengua esté conectado con tu cerebro para que
tus acciones tengan valides y no seas un perico gritando cosas que no
comprendes. Lástima que existan personas así, pero aun es más triste es que
nosotros no nos examinemos para ver si tenemos esos problemas y los podamos
resolver para ser congruentes con lo que hablamos.
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