Mi frase del día:
“Nada que la banda esta borracha ¡si esta temblando! ¿Cómo lo sé?... Porque yo les quite el vino”
Después de unos traumas menos la ciudad vuelve a ser la
misma de siempre. Los gritos y la preocupación ahora son solo historias que
algunos les producen risa y a otros miedo. Saber que todo lo que consideras
seguro se te podría caer encima inquieto a cualquiera.
Hace más de una semana de que tembló en mi ciudad con una intensidad
que desde hace décadas no se había visto. Pero los recuerdos poco a poco se
van, la genta cada vez se tranquiliza y olvida lo que pude haber sido su último
día en la tierra. Algunos hasta dudarán si realmente existió tal movimiento.
Pero las grietas en las paredes nos recuerdan que esta
historia fue verdad, que estuvimos aquí y que valoremos cada momento de
nuestras existencias porque un minuto aquí puede ser el fenómeno más
sorprendente de todos.