Viento en la copa de los arboles hacen una sonata tétrica.
Antes las verdes hojas hacían una hermosa melodía en un
atardecer de otoño.
Hoy, al ser solo ramas secas, el silbido es grotesco y
aterrador.
Hace muchos ayeres este era un hermoso lugar para admirar.
Fundada por un gobierno que quería entretener al pueblo, se mantenía
regado y en buen estado.
Esto fue hace décadas y la hermosa imagen de esos tiempos
solo se puede admirar en viejas fotos.
Y si hicieras una hoy, sería solo los huesos de
esa visión… algo así como una radiografía.
Miro desde lejos esta
escena preguntando: -¿Qué fue lo que pasó? ¿Quién era el responsable de que
esto no sucediera? -. No dejo de pensar que debería de hacer algo para reparar
este daño, pero parece imposible.
Tanto tiempo ha pasado y parece que las opciones se han
acabado. No me corresponde a mí hacer ese tipo de decisiones ni tampoco
realizar algo. Alguien con más poder se dará cuenta de lo mal que está este
sitio. Además, siempre existen otros parques los cuales disfrutar.
Pero ¿y si a esos parque les pasara lo mismo porque gente
como yo no hace nada? Y ¿no merece una oportunidad este seco y maltratado
lugar? Retumba en mi cabeza la frase: “Todos debemos de pelear por lo que
realmente queremos”.
No importa qué pequeña sea nuestra participación, debemos
hacer algo para que las cosas que criticamos tengan un cambio y aunque tal vez
no veamos el cambio pero al menos obtendremos dos cosas:
- · Que nuestra conciencia esté tranquila porque ya hicimos lo que pudimos
- · Y creer en que toda reacción genera una reacción… aunque nosotros no lo veamos
“Si no eres parte de la solución eres parte del problema”
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